miércoles, 1 de febrero de 2012

Mira lo que te perdiste.

Nunca dormirás conmigo.
Nunca me escucharás contarte mis historias, mis anécdotas, mis pensamientos.
Nunca más tendrás el derecho a llamarme "mi vida".
Nunca te cuidaré cuando estés enfermo.
Nunca me oirás cantar en la ducha.
Nunca te ayudaré a estudiar inglés, que tan mal se te daba.
Nunca me explicarás tu forma de ver las matemáticas.
Nunca irás conmigo de viaje.
Nunca me volverás a abrazar.
Nunca te miraré de la misma forma que antes.
Nunca te esperaré en el aeropuerto cuando vengas de Sevilla.
Nunca haré de tu rostro un dibujo.
Nunca recibirás mis cartas de amor.
Nunca terminaremos el álbum.
Nunca nos perderemos en alguna ciudad.
Nunca me verás ponerme guapa para ti.
Nunca nos haremos más fotos.
Nunca volverás a quitarme mi vestido blanco.
Nunca te contaré los sueños que he tenido contigo.
Nunca iremos a Bali, ni a París, ni al Polo Sur.
Nunca me enseñarás a conducir.
Nunca les veremos crecer juntos.
Nunca volverás a ver las cuatro chaquetas que tenía y que eran tuyas.
Nunca contemplarás las fotos que he revelado, las que tú hiciste.
Nunca me besarás de nuevo.
Nunca recuperarás tu cámara, imbécil.
Nunca volverán a ser los mismo martes.
Nunca me oirás tocar el piano para ti.
Nunca habrá más champagne.
Nunca me seguirás enseñando a coger un skate.
Nunca bañaremos a tu perro.
Nunca me verás reírme de tus estúpidas bromas.
Nunca más te dejaré entrar en mi vida. Y mucho menos, en mi corazón.
Fuiste tanto y en un momento tan poco. Ahora me doy cuenta de que, realmente, olvidarte me fue fácil. Rodeada de personas geniales que me apoyaron siempre, cualquiera te hubiese olvidado.
Ahora me doy cuenta de que te vi como quise hacerlo, ignorando grandes defectos. No eras tan perfecto como te imaginaba. Soñaba y te veía con los ojos tapados. La venda del amor, ¡qué tonta me hizo ser! Me obligó a vivir así.
Ahora pienso que debí haber razonado, debí haber sido más crítica, debí haber pensado algunas cosas, debí, debí, debí... Aun así, te agradezco que hayas aparecido. Sin ti, seguiría siendo igual que antes. También te agradezco que tus mentiras me hayan quitado la venda. Y que tu falta de tacto haya hecho que me diese cuenta de lo idiota que eres. Gracias a tu destreza, ahora tengo una imagen más clara sobre ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario