lunes, 21 de noviembre de 2011

Infinito.

Quizá te vuelva a mirar.
Quizá vuelva a decir 'tequiero', de nuevo a alguna otra persona, sintiéndolo de verdad.
Quizá te sienta a mi lado.
Quizá estés conmigo siempre.
Quizá nunca te olvidé.
Quizá nunca te olvide.
Voy viendo cómo mi vida pasa y no estás conmigo. Me voy dando cuenta de que nunca volverás, pero aún así, no paro de pensar en ti. No puedo parar de pensar en ti. Aún guardo la esperanza.
Aún creo que volverás en la guagua. Que caminarás hasta mi casa. Que tocarás el timbre y, cuando abra, estarás ahí. Mirandome con esos ojos tan brillantes. Tan verdes. Con tu camiseta de los Rolling Stones. Con tu pantalón preferido; el vaquero gris que yo te regalé. Con tus Vans verdes, destrozadas. Con la mochila en la que tus estúpidos amigos te dibujaban cientos y cientos de penes. En una mano, el skate. En la otra, una rosa amarilla. En una muñeca, una de mis coletas. En la otra, mi pulsera de plata. La que te regalé por 2 meses. Grabada.  Por delante, Ginés. Por detrás, 'Te quiero 16.05.10'
Y sueño que estás ahí. Sueño que te acercas y me besas. Entras en mi casa. Y por fin, te dejo que vuelvas a entrar en mi vida. No te preocupes si han pasado años. Te dejaría volver a mi vida en cualquier momento. Porque eres tú y no otro. De ti me enamoré. Y fuiste el primero. No serás el último. Pero sí el más recordado. No sé si el más amado.
¿Qué siento? ¿Una fantasía? Quizá es una fantasía, creada por el deseo a amar a alguien. Quizá vi en ti alguien inexistente. Como algunos dicen, el amor distorsiona las cosas. Puede hacer maravillas, este amor.
Me hiciste sentir algo que no había sentido nunca antes. Éramos tan diferentes el uno del otro. Lo somos más ahora. Ahora que tú has cambiado. Aunque lo niegues, sabes que has cambiado.
Ya no eres aquel chico que me cogía en brazos y me hundía en el agua del mar. Obligándome a gritar el año en que acabó la Segunda Guerra Mundial. Dándome sólo dos segundos para respirar. Freaky de las armas.
Ya no eres aquel chico al que le gustaba pasarse 40 minutos en guagua, para estar sólo un par de horas a mi lado.
Ya no eres aquel chico que me enseñaba canciones con una letra horrible, de las que se reía.
Ya no eres aquel chico que mezclaba romanticismo con comedia. Recuerdo que una vez me dijiste: "Porque mi amor por ti es más profundo que el ombligo de Demelza" (Demelza es una chica muy gorda)
Ya no eres aquel chico que me llamaba a todas horas. Que hablaba sólo y no me dejaba hablar a mi. Que me contaba una y otra vez las mismas cosas sin recordar que ya me las había contado.
Ya no eres aquel chico del que yo me reía cada vez que se caía.
Ya no eres aquel chico que me regaló una carta gigante.
Ya no eres aquel chico que me hacía reir constantemente, con estupideces de las que soltaba carcajadas inacabables.
Ya no eres aquel chico que me llamaba por miles de motes, menos mi nombre. Me llamabas Galleta, pero no María. Sólo me llamabas por mi nombre cuando había alguna mala noticia. Algo malo. Algo triste. Cuando nos enfadabamos. Siempre era yo la que se enfadaba, a ti te daba todo igual, con tal de estar conmigo. O al menos, eso era lo que me decías.
Yo ya no soy tu reina.
Ya no eres aquel chico que nunca mentía. Que por muy dura que fuese la verdad, la decía. Te has acostumbrado a mentir. Una detrás de otra. Siempre, para encubrir la primera.
Ya no eres aquel chico que me dijo: "Formaste parte de mi pasado, ahora completas mi presente, y espero que en mi futuro tenga la misma suerte"
Ya no eres nada. Ya no eres nadie.
Sólo un recuerdo. Has cambiado.
El chico al que amo es el aire. Es la tierra. El fuego. El agua. Es todo menos tú.
Y la vida se me pasa como un rayo. No me da tiempo a pararme y pensar qué hago. Y cuando me doy cuenta, ha pasado un año.
Yo, que siempre pensé que sería fuerte para estas cosas.
Yo, que dije, no lloraré por él. No porque crea que no lo merece. Sino porque creo que ya es suficiente.
¡Ya basta!

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