lunes, 14 de noviembre de 2011

¿Atea? ¿Realmente soy atea?

Ojalá. Ojalá ocurra, deseamos. Pero nunca damos un paso adelante para potenciar nuestro deseo. Todos tenemos miedo a que se rían de nosotros. Nos da miedo sentirnos solos. O simplemente nos da miedo que nadie pueda entendernos. Nunca pensamos que lo más importante en esta etapa de tu vida eres tú mismo. No pensamos que los amigos van y vienen, que no siempre ellos son lo que creemos que son. ¿Por qué seremos tan lloricas? La fuerza se gana a base de caídas. Pero lo más importante es que despues de la caída te levantes, sonrías y mires hacia adelante.
Porque aún somos jóvenes. Somos inexpertos. Somos niños, tirando hacia hombres y mujeres. La adolescencia es la etapa en la que creemos que lo sabemos todo. Pero, aunque seamos todavía niños, pediría a Dios, siendo atea, que nos de a todos un poco de sensatez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario