domingo, 4 de marzo de 2012

(Aplausos) (Aplausos)

Este premio es para mi un honor. Nunca pensé que llegaría tan alto, es decir, nunca creí que después de haber caído tan bajo, golpeándome de bruces contra el suelo, pudiese volver a levantarme y volar... Hasta rozar el cielo y comerme las estrellas. Oh, las estrellas... ¡Qué dulces son! Saben a algodón de azúcar, a niñez, a felicidad. Huelen a humedad en el bosque, a frescura y a sandía. Su sonido es melodía y armonía compaginadas de tal forma que sólo los que tienen buen corazón, dignos son de escuchar su música. ¡Qué dulce esta sensación de estar acaramelada! Me siento como un bombón de chocolate a punto de ser comido por un niño, un niño que añora mi sabor. Gracias, gracias... Muchas gracias, de verdad. (aplausos) (silbidos) (aplausos) (me tiran flores) Doy un beso al aire y me voy a mi asiento. Ya los focos no me iluminan, pero la sensación no desaparece, me acompaña. Ojalá que para siempre. Y aunque para siempre es mucho tiempo, "nada es imposible" decía el corazón. Gracias a todos... Y sobretodo a ti. Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario